NUEVA YORK (AP) — Un inusual sismo con epicentro en la Costa Este de Estados Unidos sacudió el viernes a millones de personas, desde los rascacielos de Nueva York y Filadelfia hasta las zonas rurales de Nueva Inglaterra, sin causar daños de gran magnitud pero sobresaltando a una zona poco acostumbrada a tales fenómenos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) dijo que más de 42 millones de personas pudieron sentir el temblor matutino, que tuvo una magnitud preliminar de 4,8 con epicentro cerca de Whitehouse Station, Nueva Jersey, a 72 kilómetros (45 millas) al oeste de la ciudad de Nueva York y a 80 kilómetros (50 millas) al norte de Filadelfia.
Personas de Baltimore a Boston y más allá informaron haber percibido el sismo. Cerca de 30 personas fueron desplazadas cuando las autoridades evacuaron tres viviendas multifamiliares en Newark, Nueva Jersey, para comprobar si habían sufrido daños. Funcionarios de la región revisaban puentes y otras piezas de infraestructura. Asimismo, se desviaron o retrasaron algunos vuelos, mientras que Amtrak, la red interurbana de transporte ferroviario, ralentizó la marcha de los trenes en el transitado Corredor Noreste; y una línea ferroviaria de pasajeros de Filadelfia suspendió su servicio como precaución.
Cuadros y platos decorativos cayeron de los muros de la casa de Christiann Thompson en Whitehouse Station, según lo que su esposo le relató por teléfono mientras ella trabajaba como voluntaria en una biblioteca.
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“Los perros se volvieron locos y se aterrorizaron y corrían por todas partes”, comentó.
El jefe de bomberos de Whitehouse Station, Tim Apgar, dijo que no se informó que hubiera lesionados, pero los socorristas recibieron llamadas de personas que percibían un olor a gas. Cerca de allí, la parte superior del histórico molino del coronel John Taylor, de 264 años de antigüedad, se derrumbó sobre una calzada, según informó el alcalde del municipio de Readington, Adam Mueller.
En una oficina en un 26to piso del centro de Manhattan, Shawn Clark sintió el sismo e inicialmente temió que hubiera ocurrido una explosión o un accidente de construcción. Fue “bastante raro y atemorizante”, dijo el abogado.
Los sismos son menos comunes en la Costa Este que en la Oeste de Estados Unidos debido a que la primera no se encuentra en un límite de placas tectónicas. Sin embargo, desde 1950 se han registrado 13 sismos de magnitud 4,5 o superior en un radio de 500 km (311 millas) del temblor del viernes, según el USGS. El más fuerte fue un sismo de magnitud 5,8 en Mineral, Virginia, el 23 de agosto de 2011, que sacudió la zona desde Georgia hasta Canadá.
Los sismos de la Costa Este pueden ser fuertes, ya que sus rocas propagan mejor la energía sísmica por largas distancias que sus contrapartes occidentales.
“Si hubiéramos tenido un sismo de la misma magnitud en California, probablemente no se habría sentido tan lejos”, dijo el geofísico del USGS Paul Caruso.
En las horas posteriores se registraron más de una docena de réplicas en la región, incluido un sismo de magnitud 4,0 a primera hora de la tarde del viernes, según el USGS.
Un sismo de 4,8 no es lo suficientemente potente para causar daños, excepto algunos efectos menores cerca del epicentro, publicó el organismo en la red social X. En comparación, el temblor que el miércoles causó al menos 12 muertos y más de 1.000 heridos en Taiwán tuvo una magnitud de 7,2 o 7,4, según los distintos indicadores.
Aun así, el sismo del viernes causó algunos desajustes.
Los vuelos a los aeropuertos de Nueva York, Newark y Baltimore se detuvieron por un tiempo en sus sitios de origen mientras los funcionarios inspeccionaban las pistas en busca de grietas. El equipo varonil de baloncesto de la Universidad Seton Hall dijo que su vuelo fue detenido en Indianápolis, donde el equipo ganó el National Invitational Tournament el jueves.
Al menos cinco vuelos hacia Newark fueron desviados y aterrizaron en el Aeropuerto Internacional Lehigh Valley en Allentown, Pennsylvania, donde algunos pasajeros alquilaron autos para ir a casa.
El tráfico en el túnel Holland entre Jersey City, Nueva Jersey, y el Bajo Manhattan se detuvo por cerca de 10 minutos para realizar inspecciones, dijo la Autoridad Portuaria de Nueva York y Jersey.
En midtown Manhattan, muchos conductores sonaron sus bocinas al sentir el temblor. Algunos residentes de Brooklyn percibieron un estruendo y sintieron cómo su edificio se mecía. Los circuitos de telefonía celular se saturaron por un tiempo cuando las personas trataban de contactar a sus seres queridos y averiguar lo que ocurría. Más tarde, los teléfonos resonaron con alertas sísmicas durante la presentación matutina de la Filarmónica de Nueva York, salpicando el final de las Seis Piezas para Orquesta de Anton Webern. La pieza “terminó literalmente con una alerta telefónica”, dijo Adam Crane, vocero de la filarmónica.
En las oficinas generales de la ONU en Nueva York, el sismo interrumpió a Janti Soeripto, directora general de Save The Children, mientras informaba en una sesión del Consejo de Seguridad sobre las condiciones en Gaza en medio de la guerra entre Israel y Hamás. En el Bronx, los Yanquis estaban entrenando para su primer partido en casa contra los Azulejos de Toronto cuando tembló. El mánager Aaron Boone dijo más tarde que “creía que estaba retumbando el sistema de sonido”.
En el vecindario de Astoria de la ciudad de Nueva York, Cassondra Kurtz daba un masaje con crema de cacao a Chiki, su perrita chihuahueña de 14 años, para tratar su piel reseca. Kurtz grababa el momento en video cuando su apartamento empezó a temblar tan fuerte que un gran espejo se azotó sonoramente contra una pared.
En el video se le ve mirando alrededor, perpleja. Sin embargo, Chiki “estaba completamente tranquila”.
El sismo del viernes se sintió hasta en Maine, donde en el apartamento de Meghan Hebert, en South Portland, “parecía que el suelo estaba casi haciendo la ola”. Algunos residentes de Vermont y Nueva Hampshire pensaron inicialmente que se trataba de nieve que caía de los tejados o de camiones quitanieves que pasaban a toda velocidad. En Hartford, Connecticut, la asistente legal Stacy Santa Cruz vio cómo se sacudía la pantalla de su computadora. Pero, a diferencia de otros habitantes del noreste de Estados Unidos, Santa Cruz, originaria de Perú, había estado antes en un sismo y reconoció la sensación
Ian Ventura, estudiante de secundaria en Filadelfia, interpretó el sismo como una señal de tiempos aciagos, entre el temblor de Taiwán y el eclipse total de Sol del lunes en Norteamérica.
Asustado por el futuro del mundo, “podría arriesgarme y enviar un mensaje de texto a esta chica”, dijo Ventura, de 16 años. “Tengo el mensaje escrito. Puede que lo envíe”.
El presidente Joe Biden dijo que habló con el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, sobre el sismo del viernes. La Casa Blanca afirmó que el gobierno proporcionaría ayuda de ser necesario.
En la ciudad de Nueva York no había indicios de problemas graves de seguridad o infraestructura derivados del sismo, dijo el alcalde Eric Adams. El comisionado de Edificios de la Ciudad James Oddo dijo que las autoridades vigilarían por si se presentan grietas u otros efectos en los 1,1 millones de edificios de la Gran Manzana.
Según los ingenieros, los rascacielos de Nueva York están fabricados con materiales muy resistentes y diseñados para oscilar lentamente y resistir vientos y otros impactos. Los rascacielos modernos también tienen otras características que ayudan a absorber cualquier sacudida.
“Los edificios altos pueden ser uno de los lugares más seguros en caso de terremoto”, afirmó Ahmad Rahimian, de la empresa de ingeniería WSP Global.
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Catalini informó desde Whitehouse Station, Nueva Jersey. Colaboraron los periodistas de The Associated Press Jake Offenhartz, Bobby Caina Calvan, Michael R. Sisak, Philip Marcelo, Karen Matthews y Ronald Blum en Nueva York; Edith M. Lederer en las Naciones Unidas; Seth Borenstein en Washington; Michael Casey en Boston; Maryclaire Dale en Filadelfia; Mark Scolforo en Harrisburg, Pensilvania; Michael Rubinkam en Allentown, Pensilvania; Susan Haigh en Hartford, Connecticut; Pat Eaton-Robb en Storrs, Connecticut; y Bruce Shipkowski en Newark, Nueva Jersey.